Desde que nació, Gaia siempre estuvo junto a sus padres
viviendo en la parcela; ahora estaba llegando la hora de ir a la escuela, lo
que significaba que, durante las tardes, ella estaría con personas diferentes,
en un lugar diferente y en una rutina diferente. Desde hacía tiempo los padres
de la niña la estaban preparando para este momento.
En el corazón de la pequeña era una mezcla de sentimientos
que le llenaba la barriga de mariposas. Era ansiedad, nerviosismo y un poco de
miedo todo junto y bien revuelto, lo que era percibido por José y María.
Cierto día, María invitó a Gaia y a Inti para hacer un paseo
por la orilla del río después del almuerzo, los chicos animados cogieron la
mano de la mamá para aprovechar la deliciosa tarde que la Madre Tierra les
brindaba.
Escuchar el canto de los pájaros, poder correr atrás de las
lindas mariposas, observar a los colibríes suspendidos en el aire que parecían conversar con las flores más
hermosas era un privilegio que estaba siempre a disposición de la familia. Parecía
que en esa tarde la naturaleza estaba de fiesta para recibirlos.
Sentados junto al río María conversaba con sus pequeños:
-
Amados, fíjense en los pájaros ¿Están viendo
aquel nido allá arriba de ese árbol?
-
Qué lindo mamá ¡Fíjate! ¡ los pequeños pajaritos
están siendo alimentados por su madre!
En el nido se podía observar y escuchar a tres o cuatro
pajaritos barullentos que se quedaban con el piquito abierto esperando que su
madre y su padre les trajesen alimento en sucesivas viajes que por los alrededores.
-
Los padres de esos pajaritos muy luego les
enseñarán a volar; ellos no nacieron para quedarse en el nido, ellos nacieron
para volar. En un primer momento ellos harán pequeños vuelos y volverán al nido
con sus padres siempre próximos y
atentos. Al poco tiempo, ellos volarán cada vez más lejos hasta que construirán
sus propios nidos.
Mientras la madre hablaba, Gaia
escuchaba atentamente e Inti se divertía arrojando piedrecitas al río.
-
Mamá ¿Por qué estás diciendo esto?
-
Porque desde que tú y tu hermano nacieron, tu
padre y yo los estamos preparando para volar, como los pájaros. Cuando vayas a
la escuela será como si estuvieses dando tus primeros vuelos ¿Entiendes?
-
Pero, así como los pajaritos que están
aprendiendo a volar, tendré mi nido para poder volver ¿No es verdad mamá?
-
Sí mi amor, poco a poco empezarás a volar
De pronto escucharon unos silbidos que entonaban una alegre
canción, era José que venía al encuentro de la familia. Cuando los niños lo
vieron, corrieron a su encuentro.
-
¿Qué tal si terminamos el día con un delicioso
chapuzón en el río?
-
¡rico papá! – Dijo Inti
La tarde terminó en familia con la alegría de ellos se
mezclando con la de la Madre Tierra.