sábado, 28 de março de 2015

¡No seas perezoso Agustín! Segunda parte y final.

Agustín, ante el  silencio de la directora, quien no le respondió la primera vez, le preguntó nuevamente.
-          Directora, ¿Hay alguna posibilidad de que yo consiga pasar de año? - Preguntó el chico bastante preocupado.
-           Agustín – no te voy a mentir, hay una posibilidad, pero implica que tendrías que ser absolutamente diferente. Significa que tienes que entregar absolutamente todas las tareas, todos los trabajos; tendrías que sacarte las notas máximas en todas las pruebas. Aún así, haciendo todo esto, tendrías que pasar por el consejo de clase y probablemente ir para examen de algunas  materias. Resumiendo: está en tus manos.
Parecía que era otra persona la que estaba frente a la directora y no Agustín, el chico más perezoso que ya se había visto. Parecía un estudiante determinado y bien dispuesto, decidido y determinado. Incluso la mamá del chico estaba dándose cuenta de que algo estaba pasando.
¡Estoy seguro que lo voy a conseguir! Dijo el chico  - Hoy está naciendo un nuevo Agustín.
El niño llegó a su casa y lo primero que hizo fue llamar por teléfono  a sus mejores amigos  para contarles todo lo que había sucedido y cuales eran sus planes; lo que recibió en todos los casos fue un poco de incredulidad, sin embargo, todos lo apoyaron como era de esperarse.
Después de las llamadas, en las que aprovecho de conseguirse todos los cuadernos de todas las materias, pues los de él estaba absolutamente en blanco; el chico rápidamente almorzó y después fue a su pieza.  Su madre le recomendó
-          Hijo, no te quedes mucho en el video juego, sabes que tienes que estudiar-  pero el chico parecía que ni siquiera había escuchado.
Pocos minutos después Agustín volvió con todos sus juegos en una caja y se los entregó a su madre.
-          Toma mamá, para evitar la tentación – y rápidamente volvió a su dormitorio.
Cuando llegó a su habitación, arregló sus libros y cuadernos e hizo un horario de estudios. Después de eso empezó su nuevo desafío y se puso a estudiar; a partir de ese día su madre tenía que venir antes de ir a dormir para pedirle que se acostará, pues generalmente estaba durmiendo encima de los libros.
Su madre escuchaba todos los días a las cinco de la mañana que tocaba el despertador de Agustín y el chico se levantaba y se ponía a estudiar; creía que este entusiasmo iba a durar sólo algunas semanas, sin embargo fue pasando el tiempo y Agustín no desistía.
En el colegio también se veía la transformación de Agustín. Los profesores y compañeros estaban sorprendidos y no sabían qué bichito le había picado. El chico estaba siempre bien dispuesto, participando, preguntando y ayudando a sus compañeros. 
Una de las estrategias del chico era estudiar las materias antes de que el profesor las explicase, de esa forma el ya traía todas las dudas.
Las notas empezaron a llegar y los resultados fueron apareciendo. Eran las notas más altas de la clase y parecía que del día para la noche el muchacho se había transformado en el mejor alumno de la clase.
Un día, mientras el chico estudiaba en el patio,  sus amigos se aproximaron decididos a preguntarle el secreto.
-          Agustín , nunca te gustó estudiar, nunca cogiste ni un cuaderno, siempre te pareció todo esto inútil y ahora, desde que te dijimos que ibas a repetir de año y conversaste con la directora, te has transformado en el mejor estudiante de la clase y los profesores dicen que eres uno de los mejores de la escuela.  ¿Qué es lo que te pasó?
-          Miren, lo que pasa es que es lo mismo que cuando le dices a tu mamá que no te gusta comer betarraga y nunca la pruebas. Un día comes y te das cuenta que es rica. Conmigo pasó la misma cosa, yo decía que no me gustaba estudiar pero nunca lo había hecho; ahora que tuve que estudiar me gusto mucho.
   Es fantástico ver que es como si el universo no acabase, como si nunca llegases al fin; sentir que mientras más sabes, más quieres descubrir. Fui un tonto siendo tan perezoso y estoy muy arrepentido; se que mis padres estaban muy tristes y preocupados conmigo, pero ahora no quiero nunca más parar de estudiar. Y todo esto se los debo a ustedes, pues si no se hubiesen preocupado por mi y conversado en aquel día continuaría siendo el mismo chico irresponsable, inmaduro y perezoso.- Agustín se levantó y abrazó a sus amigos.
Las cosas continuaron de esta forma, el chico se mantuvo firme en su propósito y sorprendió a todos. Al final del año el hizo los exámenes necesarios y aun así fue necesario que el consejo le diese la oportunidad de pasar de año; sin embargo, ninguno de los maestros tuvo dudas de que el merecía pasar al año siguiente.
Agustín estaba tan ansioso que en el día del consejo él y su madre estaban en la puesta de la sala esperando el resultado. Fue la propia directora quien le dio la noticia y vio el tamaño del salto que el chico dio cuando supo de la noticia; la madre del muchacho no aguantaba de tanto orgullo.
-          Muchas gracias por la oportunidad que me han dado, no los voy a decepcionar – le dijo Agustín a los profesores- Y quiero que sepan que cuando termine el colegio quiero ser profesor para ayudar a muchos chicos que sean perezosos, como yo era.
No fue sólo en los estudios que el chico cambió; ahora ayudaba en su casa, practicaba deportes y había aprendido a andar de bicicleta, lo que le permitía los fines de semana hacer paseos junto a sus amigos.
Desde que Agustín venció la pereza, su vida mejoró mucho.
¡ Felicitaciones Agustín!


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