¿Qué le pasaba a Barbarita? ¿Alguien la estaba ayudando a no
subir tan rápido? Lo que pasaba era que, mientras más alto subía, la
temperatura bajaba y sin darse cuenta, de repente, ella dejó nuevamente de ser vapor para transformarse en
una gotita microscópica de agua que quedó suspendida en el cielo.
Como por arte de mágica, Barbarita se dio cuenta que otras gotitas se iban
aproximando de ella y luego formaron una nube blanquita, como un copito de algodón, que se dejaba llevar
por el viento fuerte de la región,
Y fue así que nuestra amiga, ahora en la forma de una
microscópica gotita y junto con otras tantas gotitas fue viajando por sobre
países y continentes en forma de nube, la que constantemente iba
transformándose y adquiriendo diversas formas, colores y tamaños.
En un determinado día la nube quedó cerca de una bella
colina y Barbarita observó que había una familia que había decidido hacer un día de campo, pues era un
bello domingo por la tarde. Nuestra amiga se divirtió mucho viendo que el
padre, la madre y los hijos se recostaron en el pasto después de comer y mirando hacia el cielo
fueron descubriendo las más diversas formas y se divertían explicando entre sí
lo que estaban viendo
-
¡Mira este mono!- Decía el papá apuntando hacia el cielo
-
¿Dónde? – preguntaba el hijo más pequeño - ¿Dónde
está la cola?
- ¡Aquella es la cola! – decía el padre indicando un conjunto de nubes de forma alargada.
-
¡Aquella parece un dinosauro!- decía la hija
- ¡Tienes toda la razón! – Respondía la madre - ¡Esa
es la cabeza y ese el cuerpo!
No fue sólo la familia que se divirtió en aquella tarde, sin
gastar ni un centavo, sólo disfrutando lo que la naturaleza nos ofrece; sino que
también Barbarita y todas las otras gotitas en forma de nube, las cuales se rieron mucho al
ver la creatividad de la familia y se sintieron muy felices al verlos pasando tiempo juntos y en contacto con la naturaleza.
Nuestra amiga gotita conoció muchos lugares y personas
viajando en forma de nube; a ella le gustaba estar un día aquí, otro día
allá y al siguiente... sólo Dios sabe. No podía reclamar de monotonía ni de nada, pues siempre se sintió siempre muy
feliz, pero al mismo tiempo muy inquieta pensando en su vida, en sus transformaciones, en sus viajes y en tantos porqués y paraqués que en la mayoría de las veces no tenían respuesta.
En cierto día ella se dio cuenta de que se estaba sintiendo cada vez más
pesada a pesar de que ella y sus amigas de la nube continuaban siendo gotitas de agua. Fueron bajando, bajando cada vez más hasta tocar la superficie en un bello parque con muchos jardines. Barbarita se transformó
nuevamente en una bella gotita de agua que quedó depositada sobre el pasto de
un bello jardín.
-
¡Qué interesante! – pensó en voz alta la gotita –
Ya fui hielo, agua de río, agua de mar, vapor de agua, nube... Ya estuve en un
pedazo de hielo, en el océano, en el cielo y ahora vuelvo a la tierra ¡Cómo soy versátil!
¡Cuántas transformaciones!
Y pensaba en todo esto cuando se
dio cuenta que la temperatura empezó a bajar bastante y tanto ella como las otras
gotitas que se habían depositado en aquel jardín empezaron a transformarse un
una fina capa de hielo que cubrió todo con un blanco impecable y radiante, resaltando la
hermosura de aquel lugar .
Las horas fueron pasando y llegaron los primeros rayos de sol cuyo calor comenzó a derretir la
fina capa de hielo. Entonces nuevamente Barbarita se transformó en agua y pasó
a formar parte de un pequeño charco que se formó en aquel jardín cerca de un naranjo.
-
¡Cuántas transformaciones! Puedo tener formas
tan diferentes en un mismo día y continuar siendo yo: Barbarita la gotita.
Antes que el sol consiguiese evaporarla, nuestra pequeña amiga entró en la tierra hasta llegar cerca de las raíces de aquel naranjo.
- ¡Tengo sed! Dijo el árbol y rápidamente Barbarita fue absolvida junto a otras gotitas que estaban en el suelo.
-
¡Muchas gracias mis amiguitas! Les dijo el árbol
mientras paseaban por el interior de su tronco
-
De nada señor árbol, el agua sirve para eso y
para muchas otras cosas – Dijeron mientras se dirigían hacia las hojas de las ramas más altas.
El día fue pasando y la
temperatura fue aumentando. Barbarita entendió cual era su función en aquel
momento: Refrescar al árbol siendo la humedad que se deposita en las hojas en
forma de transpiración. (¿Sabías que los árboles y plantas transpiran igual que
las personas?)
Fue así que la pequeña nuevamente
se evaporó y se transformó en humedad disuelta en la atmósfera
para después…
Querido amigo lector. En este
momento Barbarita está por ahí, en algún lugar del mundo, ya sea como una gotita
de agua, como parte de un pedazo de hielo
o en la forma de vapor, pero no tengas dudas que ella está allí y siempre
estará.
Ella se transformará innumerables veces, pero siempre será Barbarita la
gotita.
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